APORTE DE FILOSOFOS EN LA EDUCACIÓN.

Publicado en por angelica herrreño

 

LA EDUCACION PARA SOCRATES

“Solo sé que nada se”

La educación era  una preparación para la vida pública, el joven debía estudiar música, artes, matemática, geometría, astronomía atletismo, gimnasia, todas las artes hacen referencia y se remiten a las matemáticas ya que estudiando esta última se llega a un nivel mayor de abstracción, y las corporales sirven para lograr la templanza del espíritu.

Para Sócrates filosofía y educación estaban relacionadas. La filosofía no era solo de tipo contemplativa tenía un carácter práctico y se aprendía en un periodo de la vida: la juventud. Se consideraba filósofo completo al que lograba enseñar. Existía una asociación entre filosofía, educación y vida política. Este plan en conjunto debía culminar en una ética, esta servia para ser mejor ciudadano y hombre público o político.

Todas las materias eran para ejercitar la dialéctica método que permite llegar a la esencia de las cosas por medio de la razón, esta se encuentra relacionada con la alegoría de la caverna, allí se muestra el mundo sensible de los sentidos y como por un proceso ascendente se llega al mundo inteligible. O sea que para Sócrates todas las artes y ciencias son auxiliares o medios para llegar al conocimiento pero en realidad la más importante es la dialéctica ya que esta permite llegar a tener una visión de conjunto.

Sócrates: Lo importante no es conocer la naturaleza de las cosas si no conocerse a si mismo.

 

  

 

LA EDUCACION PARA ARISTOTELES

“Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta”

Se preocupó, de manera especial, de las relaciones entre educación y sistema de gobierno en una sociedad integrada por hombres libres. El principal objetivo de la educación, para Aristóteles, es formar buenos ciudadanos. La educación debe adaptarse a cada régimen:
En todas las facultades y artes se requiere educar y habituar previamente con vistas al ejercicio de cada una de ellas, de modo que es evidente que esto también se requiere para la práctica de la virtud.
La educación de los jóvenes debe ser pública, común para todos, en correspondencia con el hecho de que la ciudad tiene un fin único: "No es el azar el que asegura la virtud del Estado, sino la voluntad inteligente del hombre". Es verdad que hay diferencia entre la virtud privada y la virtud ciudadana, y que no puede haber identidad entre ellas. Sin embargo, en la república perfecta todos deben participar de la virtud cívica. Dice Aristóteles en La Política:
El ciudadano, como el marinero, es miembro de una asociación. A bordo, aunque cada cual tenga un empleo diferente, siendo uno remero, otro piloto, éste segundo, aquél encargado de tal o cual función, es claro que a pesar de las funciones o deberes que constituyen propiamente hablando una virtud especial para cada uno de ellos, todos, sin embargo, concurren a un fin común, es decir, a la salvación de la tripulación, que todos tratan de asegurar. Los miembros de la ciudad se parecen exactamente a los marineros; no obstante las diferencias de sus destinos, la prosperidad de la asociación es su obra común y la asociación en este caso es el Estado.
Aristoteles: para el la educacion debia ser para las clases sociales mas altas ya q no valia la pena educar los esclavos ni las mujeres ya que no tenian porque invertir tiempo y dinero en personas que no valian la pena, ademas para el los q debian de gobernar el estado debian ser filosofos seguidos de los guerreros y de ultimas los esclavos que iban a trabajar por el desarrollo de las demas clases.

 

LA EDUCACION PARA ISOCRATES.

“Mantente ávido por saber y tal vez llegarás a ser sabio.”

 

Isocrates: formo una escuela oratoria, sus discrsos eran sobre politica y leyes judiciales. Para el lo mas importante de educar era lograr una formacion etica para el ciudadano.

Cuando la fortuna de su padre comenzó a flaquear a causa de los sucesivos conflictos bélicos, Isócrates tuvo que ganarse la vida como logógrafo, es decir, escribiendo discursos judiciales para otros, algo que él negó mucho más tarde (en este aspecto existe una fuerte polémica entre las diferentes fuentes que informan sobre la vida de este maestro de retórica).

Escribio discursos judiciales para otros no era el mejor medio para ganar renombre como orador, algo que quedaba para los grandes discursos políticos. Sin embargo, a Isócrates le faltaba para ello voz y atrevimiento; por eso, su vocación y su excelente conocimiento de la retórica le llevaron a desarrollar un nuevo concepto de este arte, pues llegó al convencimiento de que por medio del texto escrito, destinado a la lectura o a la recitación, era posible influir sobre las opiniones del público.

Por ello, creó su propia escuela en la que impuso un sistema de educación global a sus alumnos por medio del cual podían convertirse en hombres de éxito al dominar todos los resortes necesarios para obtener el triunfo dentro de su propia casa y en el Estado. En su escuela, el estudio y dominio de la retórica tenían así un papel destacado (con ello, no hacía más que seguir las bases educativas de los sofistas).

 

 

 

LA EDUCACION PARA QUITILIANO

“No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.”

Quintiliano : todas sus obras en la educacion son centradas en la retorica, como la formacion basica, fundamentos, tecnicas, concejos para un buen oratorio.

            Concluida su formación en Roma, se supone que regresó a España, donde permaneció algún tiempo hasta que regresó a Roma, llamado por Galba, cuando éste fue proclamado emperador en el 68.

A partir de ese momento, Quintiliano se dedicó a la enseñanza de la retórica, actividad que desarrolló durante al menos 20 años según señala en el prólogo de su Institutio oratoria (quizás entre los años 68-88 ó 70-90). Como profesor de retórica, Quintiliano alcanzó una gran fama y, de hecho, se convirtió en el primer profesor que abrió una escuela pública pagada por el fisco bajo Vespasiano. Pupilos suyos fueron Plinio el Joven y seguramente Tácito. Y aunque Juvenal señala que su sueldo no era muy elevado, Quintiliano consiguió amasar una buena fortuna. En todo este tiempo, tampoco abandonó por completo su profesión de abogado e incluso llegó a publicar alguno de sus discursos; quizás uno de sus procesos más célebres fue el de la reina Berenice, al que alude en su Institutio.

Bajo el emperador Domiciano, Quintiliano recibió el encargo de tutelar la educación de los nietos de su hermana (hijos de Flavio Clemente y de Flavia Domitila) y fue en aquella época cuando recibió los ornamenta consularia gracias a la intervención del propio Clemente; de todos modos, hay que suponer que se trató más de un título honorífico que de un poder real.

Tras todos esos años dedicados a la enseñanza, Quintiliano se retiró y se dispuso a componer un tratado de retórica o, mejor dicho, un verdadero manual para la instrucción de los jóvenes: la ya citada Institutio oratoria, obra compuesta entre el 93 y el 96, año de la muerte de Domiciano. En dicha obra, en el prefacio al libro VI, Quintiliano habla también de un hecho importante en su vida: su matrimonio y sus dos hijos. Aquí nos enteramos de que su esposa había muerto apenas cumplidos los 19 años. También murieron sus dos hijos: uno cuando tenía 5 años y otro con 9 años. Tras esta obra no se vuelven a tener noticias ciertas sobre Quintiliano, por lo que no es posible señalar la fecha exacta de su muerte, que debió ocurrir antes del año 100.

 

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